su rostro es la infancia más traviesa.
Un collar negro y falda turquesa,
relucen sus ojos como candilejas.
Baila entre las flores como una abeja
marcándose un vals a la vienesa.
"Catalina, ya está lista la mesa".
La niña no oye, la niña se aleja.
"Hija mía, ¿Dónde te has metido?"
La niña no oye, la niña fue al río;
jugando la ataca el sueño, bandido.
Su madre la sale a buscar, hace frío.
Entre flores halla el cuerpo dormido
"¡Catalina que niña! ¡Que hastío!".
No hay comentarios:
Publicar un comentario