miércoles, 24 de septiembre de 2014

Soneto IX. Llueve.

Cayó deprimido el cielo, ahora llueve,
quieres mirarlo, coges una silla;
tu rostro, lágrimas sobre tu mejilla,
tu rostro no soporta más, se vuelve.

Un crudo recuerdo brota y te envuelve:
Septiembre, parque, fútbol, pilla-pilla,
te vas, adiós desde la ventanilla,
no es más que un recado, será algo breve.

Cinco minutos y la compra semanal,
cierras los ojos, gritas y te paras,
pierdes el sentido, el jaleo es infernal.

Aún hoy, oyes el grito a todas horas.
¿Por qué iría más rápido de lo normal?
¿Por qué el balón salió de las aceras?

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Crónica de un cortejo en un pub madrileño.

Dramatis Personae

Bea
David

(En un viejo pub de barrio, oscuro,
algo de hard rock, alcohol, gente joven.
Un chico formal, se le intuye virgen,
por fin sale hoy, quiere ir de duro.

Una chica muy tumblr a su lado,
sin mechas, de Bowie lleva tirantes;
él se acerca algo nervioso, bastante,
es muy tímido, se hace el despistado.)

David:(Con un hilo de voz) ¡Hola! ¿Qué tal estás? Me llamo David.
Bea: Buenas, yo me llamo Bea, bien, sí.
David: Nunca te había visto, ¿Eres de Madrid?
Bea: Del mismo Chueca, no lejos de aquí.
David: Pues que raro que jamás te haya visto.
Bea: Jaja, ¿De verdad lo crees chico listo?
bueno, me voy, quedé con una amiga.
David: Ey, espera, hay algo que me obliga...
a invitarte a una copa antes de irte.
Bea: ¿Eing, y eso? ¿Tú de donde has salido?
David: Solo una, no pretendo emborracharte.
Bea: Bueno, una copa, me has convencido.
(Pide la copa, la chica da un sorbo.)
David: Espero no estar siendo un estorbo...
Bea: Uh, jaja, el Don Juán pierde confianza.
David: ¡Eso jamás! Yo soy todo un seductor.
Bea: Bueno, sorpréndeme con tu "maestranza".
David:(Con voz grave) Que corto el olvido y que largo el amor..
Bea: ¡JA! ¡Que idiota! Neruda destrozado...
David: ¡Eh! No digas eso de mi versión,
yo prefiero decir "reordenado".
Bea:(burlándose) Bah, eres un mal poeta, ¡Dimisión!
Bueno, confieso que eres divertido.
David: ¡Ah! hablando de gracia, ¿te sabes el chiste...
Bea: No más frikadas por hoy, te lo pido.
David: Jo, que borde, me voy a poner triste...
Bea: Jaja, deja ya las mariconadas.
Bueno, ¿Te gusta el rock? ¿Qué es lo que te mola?
David: mmm... Pues del rock me gustan las baladas...
del tío que llevas me gusta una rola.
Bea: ¿Rola? ¿Enserio? ¡Pareces mi abuelo!
Debe ser Heroes la que tu conoces.
Bueno chico, me tengo que ir... ¿Huelo?
David: Emm... Pues no, no hueles, ¿Por qué lo dices?
Bea: Es por mi novio... ¿Tengo bien el pelo?
David:(Perplejo) Ah.. tu novio... si si, lo tienes muy bien.
¿Pero y tu amiga la que me habías dicho?
Bea: Sí, y ella vendrá con el chorbo también.
David: Ajá, yo me tengo que marchar, de hecho...
Bea: Jajaja, ¡Tenías una cara pánfilo!
el prota de una de Tim, un cadáver.
David: ¡Eso no son bromas y no estoy pálido!
ya no sé si hablas enserio... a saber.
Bea: Ando soltera, que inocente, chico.
Jaja, ha sido un placer, hasta otra vez.
David: (Aliviado) Pues espero verte dentro de poco.
(Se despiden, dos besos, Bea va hacia la puerta pero de repente se vuelve.)
Bea: Mmm... ¿Hace otra copa? Creo que tengo sed.
(Fin.)



martes, 9 de septiembre de 2014

Soneto VIII. La dama.

El amor es su fruta prohibida,
del matrimonio siente cierto anhelo,
si es sincero un cumplido es su consuelo,
ve del cariño una causa perdida.

La grosería es rutina en su vida;
está harta, quiere huir, alzar el vuelo,
romper de la vulgaridad el velo,
volver a querer y a ser querida.

La calle es su inmensa oficina,
la noche es su más fiel compañera;
siempre carmín las de queratina.

El rímel la condena, ya no llora.
Se toma un whisky, hoy quiere ir más fina,
Afuera la esperan, va a ser la hora.
 

viernes, 5 de septiembre de 2014

Trece truenos y una luna color violeta.

Como nunca conocí hasta entonces,
marengo el cielo tronó trece veces,
mientras tanto, rincones de ciudad,
veían morir cenizas de piedad,
veían envejecer la juventud.
El odio arrasaba como alud;
mientras otros lloraban yo he creído,
mientras vivían amor, viví olvido.
Como nunca antes vio un par de ojos,
ni desde las Ramblas ni desde el Soho,
se disfrazo la luna de violeta,
más nadie la cruzó en bicicleta;
mientras tanto en algún cementerio,
yace algún monarca, ya sin su imperio
yace un mendigo, ya no tiene frío.
Falta al cuarteto un violín, es un trío;
también le falta al cigarro su fuego
sin él cambian las reglas del juego.
Pero el hombre nunca oyó tantos truenos,
los colores del astro fueron menos.
Y así se concluye esta alegoría,
curioso mundo, quien lo inventaría.