miércoles, 25 de marzo de 2015

Como una insurreción una tarde de...





De los instantes que nadie quiso hacer ni hizo eternos
Los que son etéreos, se sofocan en cada coma, tienen vértigo y están tendidos en una azotea
los oligopronunciados.
Todos y cada uno de ellos, a grosso modo:
Las miradas que viajan solas portando algún lastre incognoscible
Y las que lastimó la congoja.
Los olvidados esbozos de lucidez de lo cotidiano
(Como una insurreción una tarde de domingo)
O como los rostros húmedos, brillantes
de todos los bailes que nunca llegamos a bailar.
Los pánicos de los que no conocimos fundamento
Las manos sin pudor ni edad alzando pancartas sin firma pero con razón y humanidad
Y los alientos
De todos los que fueron  y ya no son 
que no que no recobraron ni recobrarán su orgullo y dignidad
Pero, en su nombre, injusta e irracionalmente pido:
No hablemos de los abrazos de gomaespuma, de los besos derretidos adolescentes,
ni de amor, ni de desamor, ni poliamores
Está sobrevalorado













































































domingo, 15 de marzo de 2015

Pero

Te querré solo como musa
enmarcada al contraluz de la ventana
el perfil oscuro y la piel desnuda.
Comtemplativo, sin rastro de jubilo

Solo a ti, a ella, a lo que no es
al nombre que prefiero entre comillas
fondeado a mi vera con anclas de papel.
Su nombre. Tu nombre. El Nombre

Te querré sin querer quererte
en términos precisos, sin agonía
sin que el corazón se tropiece
cada vez que trate de bailar.
 

Pero te querré.